El Recorrido 2015

En Argentina, Chile y en Bolivia, los pilotos y equipos del Dakar 2015 descubrirán o volverán a encontrarse con la sutilidad así como con la aspereza del rally raid en estado puro. Los autos y camiones, que no vivían etapas maratón desde el 2005, las tendrán sí este año. Y también algunas innovaciones, como el día de descanso alternado, que modificarán el ritmo global del rally.

Desde hace tres años, el recorrido del Dakar le propone a los pilotos de las categorías moto y cuadriciclo, etapas maratón, que corresponden a los principios básicos del rally raid. En dos días de carrera, los competidores no podrán tener la intervención de sus equipos de asistencia. Aislados en un bivouac donde sólo pueden acceder los pilotos, son ellos mismos los que realizan el mantenimiento y las eventuales reparaciones necesarias para poder volver a largar al día siguiente. Por supuesto, la regla estimula también la gestión del material, e introduce parámetros adicionales de estrategia.

En términos de buena convivencia, las etapas maratón representan también un momento privilegiado, que queda guardado en la memoria de los competidores. En la edición 2015, el principio de estas etapas maratón se extenderá a todas las categorías. Los equipos de auto tendrán también un bivouac dedicado, al igual que los camiones.

Los recorridos de los últimos años permitieron confirmar la utilidad de la disociación de los trazados entre las distintas categorías inscriptas. En la edición 2014, atañía cinco etapas y casi 40 % de la distancia recorrida, con beneficios en términos de confort de pilotaje, de seguridad, de variedad de los terrenos y por lo tanto de interés deportivo.

El diseño del Dakar 2014 fue abordado con estas mismas intenciones, incluso con la idea de la organización de días de descanso diferentes también según las categorías. La ciudad de Iquique, que este año se encuentra en el extremo norte del recorrido, recibirá así durante tres días el bivouac del rally, al pie de su célebre bajada.

Dakar 2015 - El recorrido



Casi 15 millones de habitantes viven en la aglomeración de Buenos Aires, que se impone como un importante polo del continente sudamericano, a la vez en los planos económico y cultural. La gran diversidad de sus barrios, del modernismo de Puerto Madero al encanto de otros tiempos del barrio de Palermo, pasando por la agitación de La Boca o de San Telmo, colman al visitante con buen ojo. Pero para el Dakar, la capital argentina representa mucho más que un destino turístico: ¡es antes que nada el lugar donde todo (re)comenzó! En el momento de un cambio indispensable después de la anulación de la edición 2008, los porteños recibieron a los pilotos que vinieron de Europa, de África y de Asia con el mismo entusiasmo que a sus compatriotas. Para todos, el recuerdo de la multitud reunida en la avenida 9 de julio, al pie del Obelisco, simboliza el comienzo de una nueva era. Desde ese día, el Dakar sintió que lo recibían con pasión. Después de este flechazo en el 2009, las demostraciones de afecto recíproco continuaron entre los pilotos del rally y sus anfitriones de Buenos Aires, teatro de largadas y llegadas de las tres primeras ediciones sudamericanas. Tras 4 años de ausencia, el reencuentro se anuncia entusiasta.

Generalmente uno llega a Iquique para reforzar una visita al desierto de Atacama. La animación del mar, su playa y su puerto de envergadura señalan el regreso a un mundo menos salvaje y silencioso. Pero es un sentimiento diferente el que sienten los competidores del Dakar al evocar este nombre, sinónimo de estremecimientos. El rally tomó sus costumbres desde el 2010, instalando su bivouac al pie de un vertiginoso descenso que ubica al lugar entre los altos lugares del rally raid. Al tirarse de este gran tobogán de casi dos kilómetros (¡con un promedio de más de 30 % de desnivel!), los pilotos oscilan también entre angustia y admiración, maravillados con el panorama sobre el océano Pacífico. La particularidad geográfica y la visual única le brindan a los que llegan una sensación de consuelo que perdura. El marco ideal para la organización de las dos jornadas de descanso que Iquique recibirá por primera vez.